Desde hace un tiempo comenzaron a llamarme la atención los «Coffee Bike», lugares con una atmósfera muy especial, que combinan el gusto por el café, el disfrutar de espacios generalmente equipados para trabajar relajadamente y que apuestan por la bicicleta como representante de un nuevo estilo de vida. Buscando encontré esta selección europea, pero seguramente habrá en otra cantidad de países. Seguiré buscando.
TOMA CAFÉ (Madrid)
Un pequeño local con un exquisito café donde las bicicletas son más que bienvenidas. “En Toma Café pensamos que no hay nada más estimulante para el cuerpo y la mente que arrancar el día con un buen café y un paseo en bici”, cuenta Santi Rigoni, uno de los dueños del local. Surgió con la idea de promover el coffee to go. Sin embargo, sus clientes no pueden resistirse a tomar el café dentro, donde una bicicleta urbana cuelga del techo junto a la barra, o un manillar sirve de pomo en la puerta principal. Y lo mejor de todo: las bicis pueden entrar. “Madrid no está preparada para los ciclistas y encontrar lugares seguros para dejar la bici es complicado, por eso, aunque el local sea pequeño siempre dejamos entrar la bicicleta”, nos cuenta Santi.
La carta de cafés es un placer para los cinco sentidos: su máquina Marzocco GB5 prepara desde el clásico Ristretto hasta el más sofisticado Caramel Macchiato.
EL CICLISTA (Barcelona)
Una bicicleta colgada en la pared, mesas formadas por ruedas, antiguos carteles de bicis y numerosos motivos ciclistas nos reciben en el Bar El ciclista, una cocktelería situada en el barrio de Gracia en Barcelona. Un rincón temático frecuentado por los aficionados a las dos ruedas y a la buena música. El local, decorado con muebles reciclados y antiguas bicicletas, está diseñado como un nuevo espacio cultural donde se organizan pequeños conciertos y monólogos. Un lugar donde tomar desde un café a un Gin tonic mientras disfrutas de una charla tranquila o de música en vivo.
LOOK MUM, NO HANDS! (Londres)
Si hay un coffee shop de referencia en Londres donde las bicicletas son las grandes protagonistas, ese es Look Mum, no hands! (Mira mamá, ¡sin manos!). Convertido en un punto de encuentro para los ciclistas urbanos, este local situado en Islington, uno de los barrios más animados de la ciudad, abrió sus puertas en 2010. Desde entonces, sus dueños Sam y Nik promueven la afición por las dos ruedas como parte de un estilo de vida. Por eso, además de cafetería, Look Mum, no hands! ofrece un taller de reparación de bicis y organiza cada mes varios workshops. Es todo un placer degustar una de sus famosas muffins sentado sobre cojines con estampados ciclistas, ruedas que cuelgan del techo y bicis de diseño que parecen observar por la ventana.
VELOCITÉ CAFÉ (Lisboa)
Velocité Café es, además de cafetería, un taller y una tienda de bicicletas con los complementos más chic y las bicis de diseño más exclusivas. Situado en uno de los lugares más atractivos de Lisboa, este café ofrece un 10% de descuento en su carta a todos los clientes que lleguen pedaleando. Sus dueños son Maria Joao Baeta y Juan Camolas, dos amigos apasionados de las dos ruedas que decidieron iniciar el negocio tras observar como poco a poco la bicicleta iba ganando espacio en Lisboa. En su menú podemos encontrar desde comida rápida a platos elaborados.
LOCK 7 (Londres)
Otro cycle cafe londinense, reconocible por la gran cantidad de bicicletas aparcadas en su puerta, es el Lock 7, un café taller inaugurado en 2007 en Hackney, uno de los barrios más de moda de la ciudad. Fue un viaje a Copenhague lo que animó a los dueños de este local a apostar por las dos ruedas. Con un taller de reparación y una completa tienda de accesorios y bicicletas, Lock 7 ha aportado su granito de arena al renacimiento de la bicicleta en esta zona de Londres. De su menú, destacan las tartas caseras y los fruit smoothies. Un acogedor refugio para los ciclistas que quieran hacer una parada en el camino.
BIANCHI CAFE CYCLES (Estocolmo)
El mejor espresso italiano combinado con las exclusivas bicicletas de Bianchi. Esto es lo que encontramos en Bianchi Café Cycles, en pleno centro de Estocolmo. Se trata de un proyecto del empresario Salvatore Grimaldi que nació con la idea de reunir lo mejor de Italia bajo un mismo techo. Propósito cumplido: este local con bicicletas colgadas sobe las mesas ofrece el mejor café de la zona junto a una variada carta de delicatessen y antipasti italianos. Junto a la cafetería, una tienda con productos de la firma y un taller de reparaciones ofrecen a los ciclistas suecos la oportunidad de poner a punto sus bicicletas.
KEIRIN CYCLE CULTURE CAFÉ (Berlín)
Buscando el origen de los primeros Cycle Café en Europa nos topamos con Keirin Cycle Culture Café, en la capital alemana. En abril de 2004, Gary y Mortimer abrieron esta cafetería especializada en un buen espresso y elegantes bicis de época. La idea de estos dos jóvenes que trabajaban como mensajeros en bicicleta era la de crear un nuevo concepto de servicio alrededor del ciclismo, el arte, el diseño y el buen café. Y sobre todo promover la bicicleta como medio de transporte. Su local es como un museo dedicado a las dos ruedas: bicis colgadas en las paredes, ropa de campeonato, carteles, ilustraciones, historietas y objetos relacionados con el ciclismo, algunos con más de cien años. En el exterior, un mural de graffiti con bicicletas identifica fácilmente la entrada al café.