Los sensores y el motor en la bicicleta eléctrica
Sensor de moviemiento
En las bicicletas eléctricas que cumplen las disposiciones vigentes para circular como bicicletas y no necesitar de licencia ni seguro, si no pedaleas, el motor no asiste, y si frenas, el motor para.
Ahora bien, como “sabe” el motor cuando debe arrancar y asistir? Mediante sensores.
Estos sensores pueden ser de 2 tipos: de movimiento o de torque, y la presencia de uno u otro, determinan en buena medida la calidad y precio de una bicicleta eléctrica.
Sensor de movimiento
El sensor de movimiento va montado sobre el eje de los pedales y se compone de un disco fijo sobre el eje que gira con el mismo y un captor fijo sobre el cuadro.
El disco posee en su superficie varios imanes que al pasar por el captor lanzan la orden al controlador de poner el motor en marcha al nivel de asistencia que hayas seleccionado.
Este sistema lo encontramos en los motores instalados en el buje de la rueda trasera o delantera.
Sensor de torque
Sensor de torque
Estos sensores son más técnicos que los anteriores y detectan la presión ejercida sobre el pedal.
Estos sensores pueden ir montados sobre diversos puntos del sistema de tracción (eje de pedales, cadena, buje de la rueda trasera, etc)
Un sensor magnetoelástico mide el campo magnético que emana de un segmento imantado, con una frecuencia que supera las 1.000 veces por segundo. Este campo cambia en proporción a la fuerza aplicada al eje en cada momento puntual. La lectura es traducida a milivoltios y enviada a través de un cable de señal al controlador, que a su vez da la orden al motor.
Estos sensores van montados en bicicletas con sistemas centrales como Bosch, Yamaha, Shimano, etc.
Es uno mejor que el otro?
El sensor de movimiento capta simplemente si estás pedaleando, y le da exactamente igual el resto de factores. La respuesta es un sí o un no: el motor actúa o se desconecta en base a la velocidad de giro del pedal y el nivel de asistencia que hayas elegido en el controlador digital.
En cambio, el sensor de torque toma en consideración tu propio esfuerzo. La sensación es, por lo tanto, más natural, más progresiva y más humana. Además los motores centrales con este tipo de sensor pueden duplicar en autonomía a los de movimiento porque aportan exactamente los watios que necesitas en el momento preciso y porque generalmente están asociados a motores y tecnologías de alta gama.
Cabe decir que para la mayoría de los usuarios las prestaciones de los sensores de movimiento son más que suficientes para el uso normal, son más baratos y han mejorado muchísimo, con una respuesta más ágil y dinámica gracias a los nuevos controladores.
