Como una bicicleta o triciclo eléctrico (con pedaleo asistido) hacen posible el desarrollo de nuevas opciones. En este caso un proyecto social.
Hace cuatro años, Ole Kassow tuvo una idea algo loca: sacar a pasear en bicicleta a los ancianos de un geriátrico de Copenhague.
En este tiempo Cycling Without Age (Andando en Bicicleta sin Límite de Edad) ha pasado de ser una idea loca a convertirse en una organización presente en casi 200 ciudades de todo el mundo.
“El 20% de la población de los países desarrollados”, explica su creador, “tendrá pronto más de 70 años. Es una cantidad enorme de gente, y corren el riesgo de quedar excluidos. Muchos han perdido la movilidad y, todavía más, se han quedado sin pareja ni amigos. Están solos. Pero un simple paseo en bicicleta, acompañados, tiene un enorme impacto en su vida y en la nuestra, porque la gente mayor es muy interesante y es importante que sus historias y sabiduría se transmitan a las nuevas generaciones”.
Laa experiencia es motivadora: las anécdotas son innumerables y el placer, infinito. “Nuestros viejos amigos”, explica entusiasmado Kassow, “adoran volver a sentir la brisa en su cara, conocer gente nueva, volver a ser parte de la sociedad. Y, en personas con demencia o depresión severa, la respuesta es aún más pronunciada: algunos enfermos de Alzheimer recuperan cierta capacidad para expresarse verbalmente y casi todos los ancianos regresan cantando y riendo”.
No es sólo sacar de paseo a una pareja de ancianos: es, también, acercarles a gente joven, fuerte, pero sin experiencia. Es reunir dos intereses particulares, sumar perspectivas distintas y establecer vínculos a la velocidad adecuada: la tranquila, relajada, de una bicicleta.
El vehículo
El vehículo que se utiliza Cycling Without Age es, por lo general, un triciclo adaptado y equipado con dos asientos delanteros para los ancianos, motor eléctrico y frenos hidráulicos para reforzar la seguridad.
